Ramadán 2011: Breve apunte a un día que finalice.

A falta de un día para que finalice el Ramadán en el mundo islámico, me queda la constante reflexión a cerca de lo grande y fuerte que es el Islam en el mundo. Digo grande y fuerte porque hay otras religiones grandes —levemente más grandes—, pero que no tienen la fuerza del Islam. Y cuando digo fuerza, no me refiero a un poder socio-económico-militar precisamente —aunque lo tiene— sino al hecho inequívoco que esta fe es capaz de convocar a sus fieles a un ayuno anual en un fecha determinada y que, sea por convencimiento (países sin sharia) o por cierto tipo de obligación (países con sharia), el resultado es una muestra masiva de unidad y obediencia que no tiene comparación con otra manifestación religiosa en el mundo.

El cristianismo, tan fraccionado por sus diferentes tendencias doctrinales, aunque tenga la misma capacidad basado en el número de fieles, no lograría ese tipo de manifestación ante una convocatoria similar. Ni el catolicismo, considerado la rama más amplia y unida del cristianismo, puede siquiera atreverse a soñar con un resultado similar a lo que pasa en el mundo islámico con el Ramadán. Y los protestantes, grupo amplio solo si se toma en cuenta ese criterio —protestante—, no parecen tener ni la capacidad ni la intención de lograr una unidad como tal.

Desde el 1 de agosto hasta mañana, 30 del mes, millones, no miles, sino millones de musulmanes en el mundo, celebran un ayuno diario desde el amanecer hasta la puesta del sol. Sí, millones de hijos de Abraham, separados por mares, tierras, tipos de gobierno, escalas sociales, cultura y otros, se unen por fe a cumplir con uno de los pilares de su religión, el ayuno anual en el noveno mes conocido como Ramadán.

Si quiere ignorar esto, pues, hágalo, pero eso no cambiará el hecho de que día a día el Islam crece y se vuelve más y más fuerte en el mundo entero, y todos los demás no volvemos más y más débiles.