HANNA: Una película de acción que no es tal

"I just missed your heart."

Esa línea da inicio a la historia de Hanna, una adolescente que vive en el Ártico con su padre, escondiéndose de quien intentó matarla cuando era apenas una bebé.

Aislada del mundo desde su infancia, día a día recibe un duro adiestramiento en autodefensa cual soldado élite, pensado para cuando regrese al mundo que solo conoce a través de una enciclopedia y un libro de cuentos de hadas y así cumplir con su inevitable destino: enfrentar a quien mató a su madre y eliminarle.

En estos días donde la falta de ideas frescas en el cine es evidente con tanta precuela, secuela o remake, Hanna resulta ser una diferencia agradable y hasta sobresaliente.

No se trata de una idea nueva en sí, pues el asunto del individuo que se convierte es un arma mortal ya ha sido tratado hasta aburrir. Nikita, The Bourne Identidy y hasta Kick-Ass han tratado la idea a su manera, por mencionar algunos.

Hanna es novedosa porque se aparta del concepto común de películas de acción. Porque acusada de usar un tema conocido se vale de una técnica narrativa diferente a las otras para tratar de sobresalir en el grupo donde se le encasilla. Culpamos de esto al director, Joe Wright, quien se aparta de las películas de época (Pride & Prejudice, Atonement) para anotar en su currículum una de acción, quizá motivado por la falta de ofertas o el exceso de ofertas del mismo tipo.

Sí. Wright sorprende en el giro y en la puesta en escena, pero se debilita a si mismo tratando de alejarse demasiado de la línea e intentando hacer cine-arte y tiende a confundir un poco el asunto cuando la película ya está avanzada. Culpamos de esto a los guionistas, no a la historia que en mi opinión pudo ser mejor aprovechada.

Hanna es una alegoría, y así deben entenderse muchas cosas de ella para no quedar despistados, lo que es una debilidad pues el cine de acción no acostumbra usar alegorías ni cine-arte, y ésta debe entenderse como parte del género de acción, no como un drama.

El rostro de Hanna nos muestra una chica frágil e ingenua, por lo que la elección de Saoirse Ronan es atinada, y su actuación refuerza esa idea. Una chica que puede estar o no consciente de sus capacidades y peligros, pero que no deja de ser una chica descubriendo la vida. Una chica que no eligió ser lo que es, pero que lo asume convencida.

Saoirse cumple, y merece aplausos. El resto del reparto cumple también. Eric Bana, cuyo personaje no es profundizado, muestra que a pesar de lo relevante o no de su papel, puede salvar la tarea con unas cuantas líneas o unos gestos, pero quien sorprende en su rol es Cate Blanchett como la villana de la película. Una bruja sofisticada del cine moderno. Su interpretación es quizás la más sobresaliente de todas.

Los personajes secundarios han sido tratados con poca profundidad, caricaturescamente, quizá intencionalmente, y digo esto para hacer mención especial del personaje de Jessica Barden, que es el contraste de Hanna como adolescente. A algunos les parecerá un poco exagerada la actuación, pero sirve para acentuar la situación de Hanna a su edad en la vida real.

La banda sonora, encargada ni más ni menos que a The Chemicals Brothers, aporta la adrenalina necesaria a las secuencias de acción poniéndole el toque alucinante. La música ayuda mucho a la idea entera del filme, aunque, como he dicho antes, pueda desconcertar al que esperaba ver disparos y explosiones y no secuencias que parezcan vídeos musicales.

No, aquí la acción no es fácil ni barata.

Si le gustó Corre, Lola, corre, esta película le parecerá cómoda, pero si es de los que corren al cine a ver cada película de Marvel, por favor, absténgase de verla.

Debo decir que el mayor defecto de Hanna es su mayor virtud: salirse de la línea de las películas de acción. Virtud para mi, defecto para el consumidor de cine de acción.

Sin dudarlo, la recomiendo a quien desee ver algo diferente.

Baje la película aquí y el soundtrack aquí o véala en línea aquí


Hasta luego.