No tenía la edad adecuada para ver una película de Almodóvar cuando por accidente o destino fui expuesto a Tacones Lejanos. Desde entonces, el cine de Almodóvar siempre merecio un aplauso extra de mi parte, más por fascinación que por crítica. Y así, fui de adelante hacia atrás, y viceversa.
No lo niego: soy seguidor del cine de Almodóvar, pero en algún momento perdí justo eso que me motivo a convertirme en uno de ellos... la fascinación. Y justamente así me encontré con La piel que habito, su reciente película.
No sé cómo hablar de ella sin estropear el asunto. Y no me refiero a estropear mi asunto sino el asunto de la película en sí.
Se puede escribir que es una pelicula sobre una venganza, pero se puede escribir también que es una película sobre identidad, sobre eso que no hace ser lo que somos. Lo difícil es decir que es de este o aquel género. No es fácil. Quizá se le pueda poner en el pasillo de los thrillers, por ubicarla en algún sitio, pero considero que no va tan allí.
Almodóvar filma diferente y cuenta las cosas de otra forma también. Esta película es bastante diferente a lo que se sabe de él o a lo que se espera de él, pero, a pesar de ello, es una Almodóvar, sin duda.
La historia de un doctor obsesionado por crear una piel resistente a quemaduras para evitar tragedias como la suya al perder a su esposa en un accidente puede ser contada de muchas formas, sí, pero Almodóvar lo hace de tal forma que parece que se está contando otra cosa... y, realmente, es así. Más allá del interés científico hay un fuerte interés personal donde los escrúpulos son tan mudos como los árboles de un bosque. Un Dr. Frankenstein moderno que esconde en su mansión no solo el secreto de una investigación científica sino también al conejillo de indias que en este caso es humano...
La historia de un doctor obsesionado por crear una piel resistente a quemaduras para evitar tragedias como la suya al perder a su esposa en un accidente puede ser contada de muchas formas, sí, pero Almodóvar lo hace de tal forma que parece que se está contando otra cosa... y, realmente, es así. Más allá del interés científico hay un fuerte interés personal donde los escrúpulos son tan mudos como los árboles de un bosque. Un Dr. Frankenstein moderno que esconde en su mansión no solo el secreto de una investigación científica sino también al conejillo de indias que en este caso es humano...
Pareciera algo alejado de Almodóvar hasta que la historia se desarrolla en una amalgama de sexualidad, tragedia, melodrama, sadomasoquismo, traumas, tabús, misterios, relaciones filiales... un rompecabezas no tan complejo en la estructura, pero si en la interpretación de los por qué.
Antonio Banderas, Marisa Paredes y la guapísima Elena Anaya sirven para configurar la idea kafkiana de la película. El primero, frió, casi ausente, inexpresivo. La segunda, incondicional, justa. La tercera, feroz, hermosa... Todos cumplen en su papeles, pero Elena es quien, sin hacer mucho (como todos) le da sentido a la película.
No puedo decir que hay actuaciones, sino personajes. Pero no niego que sin actuación no hay personajes. Quizá por costumbre esperamos otro tipo de actuaciones en las películas de Almodóvar, pero entiendo por qué no se dieron ahora así.
Tecnicamente bien filmada. La edición, con flashback incluídos, cumple. Si bien los primeros minutos parecen aburridos, después de la aparición del "elemento innesperado", representado por una visita a la mansión y los sucesos desencadenados a partir de ella, mantiene un ritmo envolvente y de suspenso. Algo que se le debe reconocer al guión, pues es un giro que parte de la historia misma: un carnaval de disfracez es la excusa para presentar en escena al detonador de todo el lío.
La piel que habito me da un poco de eso que me hizo seguidor del cine de Almodóvar, y lo extraño es que no sé decir exactamente qué es, como no sé decir a qué género le mandamos la factura, ni exactamente cómo hablar de ella sin hechar a perder la sorpresa.
Hay procesos irreversibles, caminos sin retorno, viajes solo de ida, dice Almodóvar, al presentar está película, y tiene razón, tiene mucha razón.
La piel que habito nos muestra un camino sin retorno donde la identidad se vuelve más vital que nunca, y como en la película, Almodóvar lucha por mantener su identidad en la dirección, a pesar del envoltorio con que esta se presenta.
Esta me gusto. Sí, Elena tiene algo que ver.
Tecnicamente bien filmada. La edición, con flashback incluídos, cumple. Si bien los primeros minutos parecen aburridos, después de la aparición del "elemento innesperado", representado por una visita a la mansión y los sucesos desencadenados a partir de ella, mantiene un ritmo envolvente y de suspenso. Algo que se le debe reconocer al guión, pues es un giro que parte de la historia misma: un carnaval de disfracez es la excusa para presentar en escena al detonador de todo el lío.
La piel que habito me da un poco de eso que me hizo seguidor del cine de Almodóvar, y lo extraño es que no sé decir exactamente qué es, como no sé decir a qué género le mandamos la factura, ni exactamente cómo hablar de ella sin hechar a perder la sorpresa.
Hay procesos irreversibles, caminos sin retorno, viajes solo de ida, dice Almodóvar, al presentar está película, y tiene razón, tiene mucha razón.
La piel que habito nos muestra un camino sin retorno donde la identidad se vuelve más vital que nunca, y como en la película, Almodóvar lucha por mantener su identidad en la dirección, a pesar del envoltorio con que esta se presenta.
Esta me gusto. Sí, Elena tiene algo que ver.
3 comentarios:
a mi me pasa lo mismo con Almodovar, es un director cautivante aunq despues de un apr de pelicuals se empezo a diluir su fuerza..
Hable con ella fue la ultima que me produjo lo que a vos tambien te pasa...
vamos a darle una oportunidad a esta entonces... abrazo...
Yo detesté Los Abrazos Rotos, esa piñatada de pelìcula me hizo jurar no ver nunca màs nada de Almodo'var. Suficiente es suficiente.
Ojalà que esto sea mejor, por el bien de todos.
JLO:
Es que uno es así con sus "héroes" y debo decir que Almodóvar fue eso para mi en su momento, claro, como todo niño que crece, uno llega a entender que los héroes son humanos que en ciertas circunstancias sobresalen, pero humanos.
Así, Almodóvar es un humano que tiene derecho a hacer burradas, y más en esto del cine.
SLDS!
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Luz:
Agradezco tu visita.
El problema de Almodóvar es el mismo Almodóvar, como pasa con Tarantino, por ejemplo. Hicieron una reputación a basa de ciertas ideas que en su momento eran frescas, pero todo lo fresco se arruina.
Prueba con esta. O la aplaudes o la escupes.
SLDS!
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