El mundo me debe algunas explicaciones, si no es mucho pedir; aunque admito que quizás no estoy listo para asumir algunas de ellas, sin embargo, me gustaría que al menos se me explique ¿qué le pasa a todo el mundo con Obama?
Dice un refrán popular: "si quieres conocer realmente a una persona, entregale el poder".
Yo, sinceramente, no entiendo cómo se puede hablar tan bien de ciertas personas sin tener una base fundamentada de sus acciones cuando están en el poder.
Creo que una persona no debe ser evaluada, ni juzgada, por sus promesas; mucho menos, catalogar de buenos o malos sus actos en base al lema maquiavélico de "el fin justifica los medios".
Hay demasiada confusión en el mundo como para que los juicios de valor en un extremo u otro de las cosas sean determinados como "correctos e incorrectos".
Pero ¿de qué diablos estoy hablando?
Bueno, me explico.
Recientemente me enfrasque en una discusión con unos colegas por no estar de acuerdo en que el líder de moda, Barack Obama, se vaya a convertir en el mejor presidente del mundo de todos los tiempos.
¡Vaya!, estos tipos ni siquiera dijeron "el mejor presidente de Estados Unidos", no, dijeron "el mejor presidente del mundo" ¡y de todos los tiempos!
No los culpo. Todo el mundo, y cuando digo todo el mundo me refiero a la gran mayoría de personas, cree que este señor de una oratoria sobresaliente y una retórica singular, es el "líder por excelencia" para este mundo al borde del colapso.
No sé. Es muy fácil ser el "tipo bueno" cuando recién se marcha el "tipo malo".
Aquí en el país se ha vivido ese síndrome. Es comprensible que la inconformidad hacia ciertas formas de gobierno nos obligue a pensar en alternativas, pero uno no puede decir que algo es "lo mejor de lo mejor" en base a expectativas que nosotros mismos nos generemos acerca de eso.
Hay que recordar un principio matemático que dice que "a mayor expectativa insatisfecha, mayor será la decepción".
¿Lider carismatico sin igual? Vamos, eso huele a falacia.
Los medios de comunicación tienen mucha culpa de la basura que nos inunda a diario. Son ellos los que nos han querido acostumbrar a que aceptemos sus normas y criterios por encima muchas veces del razonamiento.
Hasta hace unos días, un religioso conocido por su exposición en los medios de comunicación era un modelo a seguir de jerarquía eclesiástica; ahora, debido a una publicación de esos mismos medios de comunicación, el tipo se ha visto envuelto en un lío kilometrico pero, uno de esos medios se ha encargado también juztificarle ante el público mediante un par de entrevistas, en fin, una sopa sin sabor apetecible.
En mi país, los medios de comunicación, y la vox populi, se quejaron por años que los líderes que durante cinco años residen en casa presidencial han sido marioneta de los institutos políticos que los promueven. Ahora, el tipo que recién fue electo (por un margen estrecho), está siendo cuestionado por su 'independencia' del instituto que lo promovio como candidato. Le han dedicado páginas enteras a esas 'diferencias' existentes entre él y su partido.
En el caso del Sr. Obama, han sido los mismo medios quienes le han colocado esa etiqueta mesiánica en su unifrome de empleado público, porque justamente eso son los presidentes, empleados públicos.
Lo peor del caso es que este señor se ha creído el cuento también. Y allí están hasta los famosos codeandose con la 'nueva clase política' que representa el Sr. Obama.
No le tengo confianza a este tipo de gobernantes, aunque realmente no le tengo confianza a ningún tipo de gobernante, sin embargo, tolero a unos más que a otros.
Cierra la prisión en Guantanamo y todos los medios lo evocan como un caudillo. Promete crear un mundo sin armas nucleares (al igual que un tal 'superman') y, aunque es risible, todos le toman esa palabra como un "canto a la paz mudial". Enterense; la visión de él es la misma que la de sus predecesores, o sea, que se desarmen todos antes que nosotros. Pasan sus primeros cien días de gobierno, sin ningúna victoria clara en el ambito económico (que a todos nos afecta) y se limita a decir (y digo "limita" porque es lo que es) "Estoy orgulloso de lo que hemos logrado, pero no estoy satisfecho. Estoy contento con nuestro progreso, pero no satisfecho", y todos las masas le aplauden las palabras como si las ubiera dicho el mismo Mahoma o Jesucristo!
Este señor se la pasa de gala en gala interactuando, no con políticos o asesores económicos, sino que con estrellas de cine y cantantes de hip hop, diciendo fracesitas que le erizan las emociones a todos y apelando a una retorica tan audaz como imposible.
No tengo nada en contra del Sr. Obama, como tal, sino en contra de lo que él en estos momentos representa: un líder mundial.
Los últimos líderes carismáticos que ha tenido el mundo también surgieron en crisis económicas, como Adolfo Hitler, que levantó a Alemania de la ruina para luego convertirla en una nación fanatica de un nacionalismo extremo llamado nazismo. Stalin logró convertir la recién nacida Unión Sovietica en un país de desarrollo y progreso pero también en un país donde se mato a mucha gente en nombre del comunismo.
Y así, puedo mencionar muchos líderes que levantaron sus naciones y territorios de la pobreza hasta hacerse grandes imperios (como los famosos Cesares romanos) pero, sin duda, no todos tuvieron la capacidad de manejar el poder, o mejor dicho, no todos evitaron caer en las trampas y tentaciones del poder.
Mahatma Gandhi dirigió una revolución sin necesidad de anclarse a ningún poder.
En fin, se que he de haber aburrido a mas de alguno (aunque dudo que alguien se atreva a leer todas estas palabras) con mi postura al respecto, pero me parece que hay muchos embobados con la idea de un líder perfecto para el mundo sin darse cuenta que ese tipo de líderes sólo han sabido traerle problemas al mundo.
Lo tengo en la mira Sr. Obama, es mejor que se mantenga donde debe o sino...
Dice un refrán popular: "si quieres conocer realmente a una persona, entregale el poder".
Yo, sinceramente, no entiendo cómo se puede hablar tan bien de ciertas personas sin tener una base fundamentada de sus acciones cuando están en el poder.
Creo que una persona no debe ser evaluada, ni juzgada, por sus promesas; mucho menos, catalogar de buenos o malos sus actos en base al lema maquiavélico de "el fin justifica los medios".
Hay demasiada confusión en el mundo como para que los juicios de valor en un extremo u otro de las cosas sean determinados como "correctos e incorrectos".
Pero ¿de qué diablos estoy hablando?
Bueno, me explico.
Recientemente me enfrasque en una discusión con unos colegas por no estar de acuerdo en que el líder de moda, Barack Obama, se vaya a convertir en el mejor presidente del mundo de todos los tiempos.
¡Vaya!, estos tipos ni siquiera dijeron "el mejor presidente de Estados Unidos", no, dijeron "el mejor presidente del mundo" ¡y de todos los tiempos!
No los culpo. Todo el mundo, y cuando digo todo el mundo me refiero a la gran mayoría de personas, cree que este señor de una oratoria sobresaliente y una retórica singular, es el "líder por excelencia" para este mundo al borde del colapso.
No sé. Es muy fácil ser el "tipo bueno" cuando recién se marcha el "tipo malo".
Aquí en el país se ha vivido ese síndrome. Es comprensible que la inconformidad hacia ciertas formas de gobierno nos obligue a pensar en alternativas, pero uno no puede decir que algo es "lo mejor de lo mejor" en base a expectativas que nosotros mismos nos generemos acerca de eso.
Hay que recordar un principio matemático que dice que "a mayor expectativa insatisfecha, mayor será la decepción".
¿Lider carismatico sin igual? Vamos, eso huele a falacia.
Los medios de comunicación tienen mucha culpa de la basura que nos inunda a diario. Son ellos los que nos han querido acostumbrar a que aceptemos sus normas y criterios por encima muchas veces del razonamiento.
Hasta hace unos días, un religioso conocido por su exposición en los medios de comunicación era un modelo a seguir de jerarquía eclesiástica; ahora, debido a una publicación de esos mismos medios de comunicación, el tipo se ha visto envuelto en un lío kilometrico pero, uno de esos medios se ha encargado también juztificarle ante el público mediante un par de entrevistas, en fin, una sopa sin sabor apetecible.
En mi país, los medios de comunicación, y la vox populi, se quejaron por años que los líderes que durante cinco años residen en casa presidencial han sido marioneta de los institutos políticos que los promueven. Ahora, el tipo que recién fue electo (por un margen estrecho), está siendo cuestionado por su 'independencia' del instituto que lo promovio como candidato. Le han dedicado páginas enteras a esas 'diferencias' existentes entre él y su partido.
En el caso del Sr. Obama, han sido los mismo medios quienes le han colocado esa etiqueta mesiánica en su unifrome de empleado público, porque justamente eso son los presidentes, empleados públicos.
Lo peor del caso es que este señor se ha creído el cuento también. Y allí están hasta los famosos codeandose con la 'nueva clase política' que representa el Sr. Obama.
No le tengo confianza a este tipo de gobernantes, aunque realmente no le tengo confianza a ningún tipo de gobernante, sin embargo, tolero a unos más que a otros.
Cierra la prisión en Guantanamo y todos los medios lo evocan como un caudillo. Promete crear un mundo sin armas nucleares (al igual que un tal 'superman') y, aunque es risible, todos le toman esa palabra como un "canto a la paz mudial". Enterense; la visión de él es la misma que la de sus predecesores, o sea, que se desarmen todos antes que nosotros. Pasan sus primeros cien días de gobierno, sin ningúna victoria clara en el ambito económico (que a todos nos afecta) y se limita a decir (y digo "limita" porque es lo que es) "Estoy orgulloso de lo que hemos logrado, pero no estoy satisfecho. Estoy contento con nuestro progreso, pero no satisfecho", y todos las masas le aplauden las palabras como si las ubiera dicho el mismo Mahoma o Jesucristo!
Este señor se la pasa de gala en gala interactuando, no con políticos o asesores económicos, sino que con estrellas de cine y cantantes de hip hop, diciendo fracesitas que le erizan las emociones a todos y apelando a una retorica tan audaz como imposible.
No tengo nada en contra del Sr. Obama, como tal, sino en contra de lo que él en estos momentos representa: un líder mundial.
Los últimos líderes carismáticos que ha tenido el mundo también surgieron en crisis económicas, como Adolfo Hitler, que levantó a Alemania de la ruina para luego convertirla en una nación fanatica de un nacionalismo extremo llamado nazismo. Stalin logró convertir la recién nacida Unión Sovietica en un país de desarrollo y progreso pero también en un país donde se mato a mucha gente en nombre del comunismo.
Y así, puedo mencionar muchos líderes que levantaron sus naciones y territorios de la pobreza hasta hacerse grandes imperios (como los famosos Cesares romanos) pero, sin duda, no todos tuvieron la capacidad de manejar el poder, o mejor dicho, no todos evitaron caer en las trampas y tentaciones del poder.
Mahatma Gandhi dirigió una revolución sin necesidad de anclarse a ningún poder.
En fin, se que he de haber aburrido a mas de alguno (aunque dudo que alguien se atreva a leer todas estas palabras) con mi postura al respecto, pero me parece que hay muchos embobados con la idea de un líder perfecto para el mundo sin darse cuenta que ese tipo de líderes sólo han sabido traerle problemas al mundo.
Lo tengo en la mira Sr. Obama, es mejor que se mantenga donde debe o sino...
1 comentario:
Que post mas revolucionario amigo, muy al estilo tuyo, bueno tenes razón con esto de los líderes carismáticos, pero solo un detalle amigo, recordá que ellos surgen no de la casualidad sino que el mismo mundo los busca y cuando encuentran lo mas cercano a sus expectativas, los elevan a la categoría de ilumidos.... Creo q será el caso.
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