diciembre 21, 2016

Rogue One, sin mucha rebeldía

(Si la ha visto, lea; si no, aléjese)

Pantalla oscura, textos celestes. Se lee "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana". Luego, para sorpresa, no hay melodía conocida, ni letras amarillas perdiéndose en el infinito. Hay un cambio. No un cambio menor. Un cambio significativo.

Rogue One es una historia de Star Wars. En teoría, no es precuela, ni tiene secuelas. Es como una anotación al margen. Una breve explicación de sucesos que explican otros sucesos, o que le dan cierto sentido, casi al grado de continuidad, sin serlo.

Es historia de Star Wars no solo porque se da en ese universo, sino porque coincide en espacio, tiempo y contexto con Star Wars; porque, además, hay personajes conocidos involucrados, y hasta empujados por lo que Rogue One nos cuenta.

Pero, Rogue One no es Star Wars.

No. No lo es.

En principio, Rogue One narra cómo un grupo de rebeldes obtiene, casi por accidente, información secreta de cómo destruír una arma de destrucción masiva que el Régimen de facto, contra el que luchan, intenta usar para destruír opositores; además, muestra cómo éstos roban los planos de esa arma para entregarlos a los líderes de la Rebelión.

Contado así, aplica para cualquier conflicto bélico, pero es a partir de esa línea argumental cuando se convierte en una historia Star Wars, pues el arma a destruir es la Estrella de la Muerte; los rebeldes pertenecen, directa o indirectamente, a la Alianza Rebelde y el Régimen de facto es el Imperio Galáctico.

Entonces, ya con los colores de rigor, Rogue One busca tomar distancia, separarse... a medias.

No es su argumento principal el problema sino los argumentos secundarios que usa para desarrollarse, complicando seriamente el guión y la historia en general. Los protagonistas, pues, quedan un poco desdibujados, por más personalidad y caracter (o falta de) que el libreto otorgue (o demande).

No estamos ante una mala película, no. Rogue One incluso es mejor que The Force Awakens, que sí es Star Wars. Ese detalle vuelve ambigua su valoración. No es, ni puede ser "la mejor película de la saga", como emotivamente algunos han opinado, por no pertenecer a la saga en sí. Además, se nutre demasiado de elementos de la primer trilogía para potenciarse, por lo que afirmar que "es la mejor" es ligero e inocente.

Si en una película, que busca ser independiente, se presentan dos o tres personajes claves de la primer trilogía, y muchas de sus mejores escenas son con y por estos personajes, pues, algo no salió del todo bien con la idea original. O, alguien metió demasiada mano en ella.
La Rogue One proyectada no es el corte original, está claro; y no debe serlo per se. Tampoco podemos hablar de corte del director, pues no estamos frente a una película de autor sino frente a la expansión de una franquisia, pero, teniendo The Empire Strikes Back en la lista, puede argumentarse que sí es posible, aun dentro del enfoque comercial, lograr hacer diferencia, sobre todo si la idea era precisamente esa...

Esto es una rebelión, ¿no?, pues me rebelo*

La pista al lío es el primer teaser y los trailers que promocionaron la película. ¿Por qué usaron escenas que desaparecieron al final? ¿Por qué ni los diálogos sobrevivieron?

Metieron mucha mano.

Hoy es común pensar primero los poster, teaser y trailer para ver las reacciones a los mismos. Luego, si es necesario, cambiar las cosas en post producción. Por desgracia, un universo como Star Wars da para teorías sin fin y expectativas distorsionadas. Basta revisar reacciones al poster promocional y comparar con las reacciones al primer teaser trailer. Los Estudios buscan lucro, por eso ahora es tendencia filmar líneas narrativas alternas, pues hasta se planea el dvd con escenas extendidas, edición del director, finales alternos, etc... para luego darle forma al proyecto, ¡incluso antes del corte final de la película! ¡Antes del guión!

Y, por enésima vez: el argumento no es la historia, la historia no es el libreto, el libreto no es el guión, el guión no es la historia, la historia no es el argumento, y así.

Pero en este caso es peor: si el argumento es válido (que lo es), la historia debe serlo también; por lo tanto, los personajes no pueden invalidarse a sí mismos dentro de la historia, o, claramente, estaremos frente a una omisión deliberada de hechos y protagonistas.

Tal es el caso.

¡Estamos ante el grupo que hizo posible la destrucción de la Estrella de la Muerte! ¡Y no pasa nada! O sea, sin el logro de este grupo ¡no hubiera sido posible destruir ni la primera ni la segunda Estrella de la Muerte! ¡Y nadie les mencionará después!

Evidentemente hay-hubo-habrá un conflicto narrativo en la realización de cualquier spin-off de Star Wars. Rogue One ha sido la prueba y error del caso.

Otra vez: no estamos ante una mala película; pero sí ante una idea mal lograda, y, quizá ante un problema a futuro: dejar huérfanos y en el olvido estas películas solo porque sí.

No hay tal rebeldía.

Jyn Erso, ejemplo de confusión

Si algo está mal logrado en esta película son sus personajes. No porque ellos por sí mismos no tengan categoria sino porque están obligados a malograrse, como a propósito. Dos personajes a penas y logran salvarse de ese destino: la heroína, interpretada por Felicity Jones y un androide, que no aparece en la imagen de arriba (¿estaba en el plan original?), cuya voz pertenece a Alan Tudyk.

Felicity logra que Jyn Erso tenga presencia, mas no gracias al guión, que es malo, ni al director, que evidentemente no sabe qué hacer con ella en muchas escenas. Un cisne siempre es bello entre patos. He allí su logro. Poca actuación. Su personaje es ambiguo y sus motivaciones están casi calcadas a las de todo el universo en que se basa este proyecto.

Da la impresión que ningún héroe de este universo hace algo por honor, vocación, profesionalismo o voluntad propia. Hacen las cosas por venganza, por problemas paternales, por frustración o simplemente porque no queda otra alternativa.

La teoría que Jyn era Leia daba sentido a muchas cosas y daba peso a la película, pero se juega al despiste. Si se dice que algo es negro, hacen todo lo posible porque así parezca y luego entregan algo gris, o blanco.

Hay intromisión. Jyn no es Leia, entonces su personaje, a pesar de su gesta, no puede trascender y menos opacar otros nombres propios, caso contrario a lo que pasa con Rey (The Force Awakens). Jyn tampoco es madre ni hermana de nadie relevante. Al menos conocemos a sus padres, pero ya sabemos como es la cosa en Star Wars con los padres de los héroes.
 
Jyn es el personaje revulsivo que vagamente lidera a un grupo de bastardos sin gloria que dan a la Alianza Rebelde uno de los bienes más importantes de Star Wars: los planos de la Estrella de la Muerte.

¡Bastardos sin gloria! Ni a eso atinan los guionistas. Dibujan personajes poco convincentes, demasiado caricaturescos. Y la forma de involucarlos en la historia es bastante sosa y forzada. Conato de héroes anónimos.
No se espera grandes actuaciones pero Sir Alec Guinness trabajo con material similar (él detestaba su papel) y logro crear personaje superior, sin igual, no por el guión, ni por la dirección de Lucas, sino por talento y profesionalismo.

Por eso, a pesar del colorido de sus personajes (multirracial, por cierto) y que el guión les dota de pequeños momentos épicos (¿no está hecho de eso el cine?), la mayoría se desluce en la historia misma.

De todos, Diego Luna, es el más afectado. Primero, porque después de Felicity es protagonista principal. Debía resolver su rol de mejor forma, aprovechar los pocos momentos claves que el guión le permite y evitar caer en en la trampa del conflicto interno innecesario de su personaje; y segundo, porque la motivación de su personaje es de las cosas más vagas del guión (casi inconvincente).

¿Era un reparto coral? Algo salió mal.

Si K-2SO, el androide, fue una imposición (seguro que sí), los guionistas lograron con ingenio involucrarlo en la historia a base de humor. Le dieron espacio suficiente entre diálogos para que su sarcasmo y humor negro trasciendan. Su falta de conflictos filosóficos en todo el asunto tratado le permite ser sin querer parecer. Pero la sensación que sobra está.

Los demás, se pierden justamente en lo que el guión les entrega. Ni Donnie Yen se salva. Su personaje está tan desperdiciado como exagerado. Nuevamente el conflicto sobre qué hacer con un personaje así. Un ciego con habilidades especiales, pues, no es algo novedoso. Darle el peso filosófico a él es un recurso fácil. Otorgarle una de las frases ícono de la película no termina de darle peso.

Star Wars, piedra de tropiezo
Después de la Trilogía de Precuelas y Episodio VII, no quedó muy claro quién manda en Star Wars. ¿Lucas? ¿fans? ¿geeks? ¿Fox? ¿Disney? ¿crítica? ¿prensa? Si Rogue One es buena por sí misma, es mala por Star Wars.

Se repiten vicios. No solo que los Stormtroopers tienen mala puntería, ni que a pesar de la alta tecnología existente todo se deba resolver de forma casi manual o mecánica, o que deba haber un androide-amigo-mascota involucrado como portagonista. Hay vicios de forma y contenido. Y ahora se suman otros, como la forzosa presentación de los orígenes de los personajes, la obligación a hacer referencias a personajes o situaciones de la trilogía original para que sirvan como trampolin, el uso de esquemas demasiado repetidos (guerras en el espacio que se resuelven con alguien haciendo lo suyo abajo, por ejemplo), más la casi obligación que todo deba encajar en el canon oficial pero que exista cierto margen para que el canón no oficial se filtre también... o sea.

Es evidente que alguien (Lucas o Disney), al ver el corte final original, pidio cambios.

Hay un pecado en el metraje aquí también, como en todas las películas de Star Wars. Siempre sobra algo. Siempre falta algo. La edición falla por momentos, a pesar que la película tiene buen ritmo. Otra vez, el guión tropezando con la historia y haciendo tropezar la película...

En esta, los villanos quedan en deuda.

Si algo, de momento, no se supera de la Trilogía de Precuelas son sus villanos. Incluso Darth Maul, de la peor película de todas, sin diálogos, sin actuar, queda mejor posicionado que Orson Krennic, que tiene más diálogos y una mejor actuación. Porque, anoto: Ben Mendelsohn realiza una actuación muy digna, a pesar del personaje.

Pesa la aparición de Moff Tarkin (un resucitado Peter Cushing) y ni hablar de Darth Vader quien se come la película en dos breves apariciones (creo que todos esperaban su momento en la sala de cine). Ellos, que no deberían ser protagonistas, lo son inevitablemente.

Sin John Williams, pero se vive
Un cambio significativo en la película es la ausencia de John Williams como compositor de la música. Aunque no es una ausencia total, pues su música está allí matizada en algunas escenas. Sin llegar a la grandesa de la música original, ni a la innovación de The Phantom Menace, Michael Giacchino refresca el asunto bastante.

Eliminar el tema de apertura y la intro en letras amarillas perdiendose en el infinito al inicio de la película resulta un shock, pero no por eso malo. De hecho, es atinado.

Por supuesto, faltan los jedis, pues Darth Vader es un sith. Y con su sable de luz roja basta para no contar la ausencia de otros sables como un cambio.

La secuencia inicial, a manera de prólogo sobra. Bellamente filmada, pero mal pensada. Viendo a los encargados del guión, pues... Desde allí asoma la novatada de Gareth y se pone muy en evidencia. La forma tonta en que se presentan los villanos como dando tiempo de escape, pues...

No basta con lograr tomas bellas con escenarios bellos al fondo. Eso no es dirigir, eso toca al encargado de la cinematografía, y, con Greig Fraser se preveía algo decente. Gareth se limitó a filmar el guión del encargo, y creo que ya escribí bastante sobre el guión.

No es mala, pero...

Es evidente que todo spin-off de Star Wars tendrá Rogue One como referente para lo bueno y para lo malo. Es más, por ser el primero, las consideraciones serán mayores a las críticas. También es evidente el conflicto creativo que hay entre George Lucas, Disney y todos los demás.

Aquí se nota.

Me sabe mal el material desperdiciado. La oportunidad única con este spin-off de hacer realmente algo diferente se fue. Ese es el pero.

Rogue One es entretenida. Tiene momentos cinematográficos buenos. Felicity Jones siempre es un placer en pantalla. Más nada.

Se puede repetir, pero ¿celebrar? no.


Paz.


* Línea de diálogo que apareció en el teaser trailer pero desapareció en la película

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