junio 25, 2013
El día que David se convirtió en Rabí
Cierto día, en la escuela:
— ¿Quién te ha dicho que te llamas David, muchachito?
— Mi mamá, mi abuela, mis tías...
— Pero vos no te llamás David.
— Sí, si me llamo así.
— No.
— Sí, así me llamo.
— No. Vos te llamás ¡Rabí!
Y todos los niños se rieron. David estaba confuso. La maestra, notó que su observación colocó al niño como objeto de burla e intentó remediar la cosa.
— ¡Bonito es tu nombre! RABÍ. Así llamaban a nuestro Señor.
Y así, desde ese día, David dejó de ser David, para convertirse en Rabí.
La historia es verídica. Eran dos David. El malo y el bueno, según decía la maestra. Hasta ese día.
— Quien te puso ese nombre sabía. ¡Sentite orgulloso!
Al final, los niños siguieron llamándole según la costumbre: La Pepa.
David, el bueno, pasó a ser simplemente David. O Daví.
Y escribió este post.
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