Un café puede ser eterno.
Cierto día lluvioso, decidí tomar un café en un local cercano a la universidad donde estudiaba. Era el año 2000 y yo no quisé entrar a mi clase.
Tenía algunos pensamientos perturbandome y pensé que sentarme en un rincón a tomar un café podían ayudar a trazar un plan de escape o solución a lo que tenía en mente.
En eso estaba cuando de pronto un personaje con acento caribeño me preguntó si podía sentarse en la misma mesa conmigo. Noté que el lugar se había llenado y que, en efecto, era el único que ocupaba un mesa para cuatro personas y sin embargo estaba solo.
Le dije que no había problema, que podía sentarse. Dijo que esperaba a alguien y preguntó si podía fumar. Yo no fumo, pero ese día no tenía deseos de frustrale deseos a nadie por lo que dije que no importaba.
Pasados unos minutos la interacción se volvió obligatoria, para él. Se presentó. Dijo estar asesorando la tésis de unos egresados de filosofía y que tenía el documento con observaciones. Me lo mostró. Luego, como queriendo indagar con qué tipo de loco estaba sentado, me preguntó si me interesaba la filosofía.
No, respondí.
Mentí. No quería profundizar más la plática.
Dijo no ser filósofo ni economista sino alguien que sabía muchas cosas. Entonces, fijó su mirada en mi y me preguntó qué pensaba de las dictaduras.
La cosa no pintaba bien. Lo usual es que yo opine y me tiren piedras. Mi instinto decía que debía salir de allí, pero, por alguna razón que no sé explicar, intenté profundizar la plática y respondí que las dictaduras no son lo que parecen.
El café estaba a la mitad.
Me pidió que explicara lo que intentaba decir. Le respondí secamente, pero con intensión de provocarle: la democracia es una especie de dictadura también.
Entonces, seriamente, me dijo: Fidel está muerto.
¿Fidel?, pregunté. Sí, respondió, Fidel Castro está muerto...
Me relató un cuento un poco extraño acerca del por qué en Cuba la salud es prioridad, argumentando que aun naciones como Estados Unidos y Rusia se sienten inferiores a ellos debido al avance que en la isla caribeña se ha tenido en regeneración de tejidos y aplicación de celulas madres para cura de enfermedades...
Dijo conocer proyectos en los cuales la misma CIA y el Mosad se habían valido de tecnología cubana en el área de salud para detener o acelerar procesos inmunológicos en contra de ciertas enfermedades terminales en ciertos seres indeseables.
¿Cuál es el único país que tiene controlado el VIH?, preguntó.
A todo esto, el asunto ese de "Fidel está muerto" se había olvidado, por lo que le pregunté qué quisó decir exactamente con el asunto.
A Fidel lo mataron con tecnología israelí, me dijo. Un cáncer...
Luego, como para adaptar la cosa a mi cosmos, me preguntó de qué habían muerto los grandes líderes de las distintas ideología durante el conflicto armado (d'Aubuisson, Duarte, Hungo) en El Salvador.
Cáncer, respondí.
Encendió otro cigarrillo mientras me explicaba que, como con Los Beatles, el secreto mejor guardado, aun de Estados Unidos, es que que Fidel murió casi de forma accidental, pero indeseablemente para todas la partes.
¡Estados Unidos necesita a Fidel!, me dijo exaltado.
Entonces, una vez muerto, lo resucitaron.
El café se había teminado.
Ya no llovía.
Dos sujetos se acercaron a la mesa a disculparse con él por la tardanza. El se levantó y se despidió, no sin antes decirme que hay muchas formas de resucitar una persona.
Increíble que el comunismo cubano se basara en Los Beatles para su causa, sentenció.
No volví a verlo, pero volví a escuchar un cuento similar unos años atrás, cuando murió Yasser Arafat. Otra vez, había una taza de café como excusa, pero yo solo escuchaba una conversación que se daba en una mesa junto a la mía.
Hace una semana, por motivos que no comentaré, me involucré en una conversación donde se mencionaba al señor Hugo Chávez... el nuevo Fidel....
Hubo un momento donde recordé a este señor de acento caribeño (cubano) contandome la historia esa de la muerte de Fidel... ¿A quién no le conviene que muera Chávez? ¿O quienes quieren que muera?
En todo caso, este post, como aquella conversación, pordría ser pura ciencia ficción, pues, como el caso de Paul McCartney, de la muerte de Fidel no hay pruebas, como no hay prueba que el Mosad matara a Arafat, ni que la CIA estuviera involucrada en la muertes de los tres salvadoreños mencionados o hasta la de don Shafik, ni tampoco se puede asegurar que en Cuba fabrican dictadores a su conveniencia (cirugías, clases de actuación, reconstrucción de tejidos, etc...) o que Ahmadineyad sea el patrocinador de la resurrección de un comandante recién fallecido.
No hay pruebas.
¿Se imaginan?
Del asunto de Paul ya he escrito algo en este blog.
Paz.
2 comentarios:
Pues EEUU ya no tiene nada que decir, no se si necesitan a Fidel o no, o si el Hermano de Fidel seguira con el tema, lo que si es cierto es que Cuba le demostro a EEUU que no los necesitan y que les hicieron un favor cuando los "aislaron", la gente piensa que EEUU necesita a Fidel para justificar el embargo que que se dicto ya hace mas de 50 años, pero en realidad ni un solo solo dia Cuba le a pedido a EEUU derogarlo y no creo que lo haga nunca, pero es mi mera opinion, y simpre he opinado que a nuestro pais le caeria muy bien una dictadura militar por lo menos unos dos periodos presidenciales para que se sacudan todas la garrapatas que estan en el.
puede ser ficción, pero me divirtió mucho tu charla... y si es verdad, te la acuerdas muy bien a pesar de los años ja...
eso del cáncer da que pensar... Lula, Chávez, nuestro Kirchner y muchos personajes de la política mas...
me da pena lo del venezolano... salu2...
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