mayo 30, 2012

El error de Obama y el rubor polaco

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Barack Obama metió la pata queriendo honrar la memoria de Jan Karski, un polaco que arriesgo su vida metiéndose al gueto de Varsobia y a un campo de concentración nazi para reunir pruebas que alertaran al mundo de lo que estaba pasando.  En su discurso, Obama, al referirse a la hazaña de Jan, ha mencionado un “campo de muerte polaco” (Polish death camp) que, según el pueblo polaco, no existió como tal.

Lo que debió ser un hermoso homenaje se ha convertido en una situación incómoda y hasta delicada.  Polonia, y los polacos, no aceptan que existieran “campos de exterminio polacos”. Los que habían eran nazis, pero en Polonia. Y, algo de razón tienen, pero no toda.

Polonia exige una disculpa. Estados Unidos aclara que fue un error y matiza una disculpa.  Sin embargo, la cosa no parece satisfacer a los ofendidos que sostienen que la expresión plantea que lo ocurrido allí fue responsabilidad de los polacos y no de los nazis.

Difícil. Delicado. Borroso.

Polonia fue ocupada por los nazis, sí. Las máximas autoridades polacas estaban exiliadas, sí. Existió una resistencia polaca a la ocupación, sí. ¿No participaron polacos en los exterminios? uhm.

Existe un problema básico al hablar de la Segunda Guerra Mundial y es que pocos se interesan realmente en saber exactamente qué fue lo que paso en Europa en esos días. Lo mucho y poco que se sabe del asunto es como un dado cargado que siempre caerá en el mismo sitio.

Primero, se separa a la víctima como judío o no judío. Segundo, se marca al victimario como nazi. Todos se sienten cómodos con esa separación.  Hasta los alemanes modernos porque ya no son nazis. Aquí hay para escribir un libro, o mil.

En el caso específico de Polonia, hay detalles que no deben pasarse por alto. Y hay cosas que deben ser nombradas como tal.  Como que polaco es y era quien posee esa nacionalidad en su documento de identidad, por lo tanto, decir polaco es decir muchas cosas a la vez, no así decir judío.

Sí, hubo una resistencia armada polaca, pero ésta estaba formada por judíos, católicos, protestantes, gitanos y hasta extranjeros. Así también hubo polacos cómplices de las barbaries ocurridas en los campos de exterminio.

¿No está Auschwitz cerca de granjas polacas? Estas no aparecieron después de la guerra. Han permanecido allí por años. ¿No fueron los polacos nativos quienes ocuparon las casas que abandonaron los judíos cuando fueron encerrados en el gueto? Algunos todavía siguen allí.  ¿No hubo polacos que ayudaran a las SS? Los hubo. Los soldados nazis no se iban a encargar de ciertas tareas de cargas.  En los campos de concentración, lo hacían los judíos, ¿y fuera de ellos? ¿quienes?

Entiendo el rubor polaco respecto a este tema, pero no pueden negar que se han beneficiado por años como víctimas de la ocupación nazi, y hasta del mismo Holocausto Judío. Auschwitz es un imán de turistas año con año.

Los testimonios dicen que el polaco de aquel entonces consideraba invasores a los judíos polacos, sin importar lo que dijera su identificación.  Algunos vieron con buenos ojos que se apartara a los judíos de los bienes polacos. Algunos testimonios dicen que "hasta el gueto todo iba bien", pero que cuando el exterminio comenzó todos los polacos quisieron hacerse a un lado, desentenderse.

Complicidad hubo. 

Se equivocó el señor Obama. Si traducimos, solo por traducir, ese "polish death camp" sería como un campo de muerte polaco, no donde mueren polacos, sino un campo polaco donde se muere.  Cambiar polaco por nazi dejaría la cosa un poco confusa: campo de muerte nazi, como si fuera un lugar donde fueran a morir los nazis. Todo depende de dónde colocar qué palabra y qué significado darle. La interpretación debío ser otra.

Quizá el asunto se deba precisamente a eso: la traducción al polaco. O quizá sea algo muy meditado de parte de quien redactó el discurso, o del mismo Obama. 

Hubo campos de exterminio en tierras polacas. Idea de Hitler y sus nazis, sí; pero hubo mano de obra, participación, recursos y complicidad de los polacos de la época.  Que ahora les duela la consciencia, eso es otro cuento...



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