febrero 03, 2012

Perdidos en los libros

Había una vez un gatito. Deben llamarlo Asirio, dije al verlo. El gato creció y yo volví al sitio donde le habían adoptado, pero le llamaban Sirio. ¿Sirio? es Asirio, dije para mi. Realmente, es algo que no importaba mucho.

Un conocido me descubrió haciendo unas anotaciones sobre asirios. Pensó que estaba haciendo repaso de historia o le ayudaba a algún sobrino con la tarea (mi hija aún no ve eso). Cuando le expliqué que no era así, que estaba anotando datos actuales me vio con cara de asombro e incredulidad.

Me enrede en una conversación, que no extenderé aquí, pero donde mencioné el gentilicio asirio en un momento crítico y quien discutía conmigo (sin pelear) me dice que Siria no tiene nada que ver con lo que hablamos. Cuando le corrijo diciendo que no hablo de sirios sino de asirios me dice que el Imperio Asirio desapareció hace miles de años, que no aplica al caso. Entonces le digo que no hablo del Imperio sino del pueblo asirio y él me devuelve un gesto de que he perdí mi credibilidad.

Hasta en twitter, cuando escribí que no se debe confundir asirios con sirios, alguien me escribió que éstos eran contemporáneos de los caldeos, pensando que asirios es pasado y sirios es presente, y se sorprendió cuando le respondí que se trataba de un pueblo actual con bandera y todo.

Y, sí, he tenido muchos díalogos dearménticos por culpa de los asirios, o mi profundo interés por ellos. Claro, no estoy autorizado a revelar por qué les estudio, pero me sorprende que de este lado del mundo se piense que se han quedado perdidos en los libros de historia y solo se les puede hacer autopsias en los museos o el las ruinas de Medio Oriente.

Están vivos. Han mantenido su identidad. Han sufrido diáspora. Han sufrido genocidio. Reclaman una patria, una nación donde puedan vivir de acuerdo a sus propias costumbres y leyes. Están más involucrados en muchos líos mundiales de lo que muchos creen. En fin, allí están, y no en los libros de historia.

Es probable que nadie llegue a leer hasta aquí, pero al menos que quede anotado que cuando hablo de asirios hablo de ¡asirios! y si algunos les llaman siríacos es porque hablan siríaco, que es el arameo que se ha mantenido vivo desde los tiempos en que Roma gobernaba Judea. 

En fin.

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