junio 04, 2012

La flor que se aferró a la pared

Dice Suetonio que en una ocasión Calígula fijó sus ojos en una estatua de Júpiter y le retó, diciendo: muéstrame tu poder o teme el mío. Eso dice. No dice si la estatua contestó. No se espera que algo así pase. No es normal que una estatua diga algo, al menos no con palabras.

A Julio César, según Suetonio, le pasó algo distinto. Este no retó a ninguna estatua. Fue una estatua quien pareció retarlo a él, pues luego de ver un busto de Alejandro Magno, J. César se puso a llorar por no haber conquistado nada glorioso a su edad, un poco mayor que Alejandro. Y no solo lloró, sino que abandonó su misión y regresó a Roma en busca de un destino superior.

A Isaac Newton, fue un árbol quien parecía querer decirle algo al dejar caer una manzana. Por eso siempre he pensado que las casualidades no existen, solo los despistados.

En mi casa surgió algo peculiar. Sobre una pared nació una planta. Al principio parecía una hiedra, luego fue tomando la forma de una planta a cuya flor aquí, en El Salvador, se le conoce como chula.

Nadie la sembró. Es más, el comentario era que si se hubiera deseado que una semilla germinara allí no se habría logrado. La naturaleza... sí, la naturaleza y su caprichos, pensé. No había mucha esperanza de vida para ella ahí sobre el concreto. Nadie quiso arrancarla tampoco.

El tiempo pasaba y la chula no se secaba. Un día, nos sorprendió a todos. Tenía capullos. Esos capullos se convirtieron en flores. Algo muy curioso que merecía una foto, pero tomé dos:



Dentro de quince días estas fotos cumplirán un año. Y la chula sigue allí, más grande, con más flores, aferrada a la pared.

No hay foto actual porque decidí escribir estoy hoy, en esta hora, minuto, segundo, instante; de lo contrario, este post se perdería entre esos borradores que jamás se publicaron, o esas conclusiones que me llevaré a la tumba.

No tenía plan de escribir algo hoy, pero la flor en la foto me ha hablado. Esa flor obstinada que decidió aferrarse a la pared me ha dicho que no importa que mis ideas me dejen solo entre la gente, debo aferrarme hasta las últimas consecuencias. ¡Aférrate!, me dice, sin decir una palabra. Esa flor a quien no le daba esperanza de vida e incluso medité arrancar, ha esperado un año para decirme que es algo más que un suceso curioso.

Mi ideas me están dejando solo, pensé hoy, con cierta tristeza. Y mientras trataba de ignorar el asunto me encontré con estas fotos y recordé.

La flor que se aferro a la pared me dice ¡Aferrate!
Le tomo la palabra ¿y usted?


1 comentario:

JLO dijo...

que hermoso post con algo tan natural como una flor... y todavía decís que no tenés ideas!! mirá mi último post entonces jaja...

salu2 y seguiremos pasando por acá...