febrero 02, 2012

Esto nada tiene que ver con fútbol



74 muertos en un estadio. 74 muertos en un partido fútbol. 74 muertos más en Egipto. Triste. La nota, aunque solo tuviera como cifra un muerto sería triste. La mayoría de las muertes son tristes. Y no digo todas porque algunos celebran la muerte de ciertos personajes, pero ese es otro tema.


El fútbol está de luto, y quienes gozamos de este deporte debemos estarlo. Algo así no debe suceder, no se puede permitir.  Las pocas pistas apuntan a que un grupo de ultra-aficionados del equipo local (Masry) estuvo lanzando amenazas durante el partido en contra de los jugadores del equipo visitante (Ahly) y, al finalizar el encuentro, se lanzaron al campo contra ellos, entrando en choque directo contra los ultra del equipo vistante que buscaba defender a los jugadores.  Y todo, todo, ante la mirada de estatua de las autoridades y la seguridad del estadio.

¿Qué paso? Bueno, lo que pasó nada tiene que ver con el fútbol. Nada. Egipto es un país, como todos, dividido socialmente. Allá hay musulmanes, coptos (cristianos), maronitas, bahaís, por mencionar algunos. La mayoría son los primero, seguidos en un porcentaje menor de los segundos, y en uno muchísimo menor de los demás.  Entre esa división hay pobres, ricos, letrados, iletrados, etc... y todos ellos, en el global, como egipcios, en estos momentos están divididos en tres secciones: los que están a favor del nuevo cambio, los que no están a favor (fieles a Mubarak) y los que no les importa un pito eso. Los últimos son pocos, en su mayoría extranjeros que residen por razones de negocio, casualidad, turismo o equivocación.

Esto nada tiene que ver con el fútbol, dice el título del post. Y es así. La violencia se desato en un estadio de fútbol durante y después el partido, pero el asunto aquí no es una simple rivalidad de equipo. No se trata de "paternidad deportiva" (vaya cosa) hacia un equipo o frustración de parte de otro, no.  Hay algo más. 

En esa anarquía programada, o planificada, que hay en Egipto, cualquier situación puede ser la excusa-detonante para generar violencia.  En este caso, la barra del equipo agredido (Ahly) no solo es radical en cuanto a lo "deportivo" sino también en lo extradeportivo, pues ha estado involucrada en las revueltas recientes en El Cairo en contra de los cuerpos de seguridad.  De allí mi sospecha, sí, mi sospecha del por qué la poca respuesta al desorden de parte de las autoridades. Esa inacción, en un país bajo autoridades militares, pues, simplemente no me cuadra.

Ensuciar el fútbol, ensuciar el deporte, por razones que nada tienen que ver con la rivalidad deportiva me produce asco. Aquí sucede. En este país sucede. Ser aficionado a cierto equipo puede convertirte en víctima de insultos de parte de los aficionados (fanáticos) del rival directo. Per se. Así. En mi caso, por ejemplo, hay quienes reclaman que por ser madridista debo ser anti-barcelonista per se. ¿Por qué? Una cosa es ser rivales y otra enemigos. Y en este caso, en Egipto, la cosa se mezcló tanto que terminó siendo la tragedia total.

La investigación está corriendo. Quizá habrá que esperar un par de años para saber la verdadera razón de esto. La postura oficial no me convence. Ya no se puede hacer nada por los fallecidos. Nada. Pero hay que cambiar esto ya, joder.

Liberemos el fútbol, y los deportes en general, de matices políticos, revolucionarios, o de intereses económicos siniestros. ¡El fútbol es diversión!

1 comentario:

JLO dijo...

increible que haya gente asi en el 2012... muertos por un partido de futbol, que aunque sea por otra razon no deja de ser en un partido... la verdad eso, increible...