enero 21, 2011

Sin título

Estaba pensando... y, bueno, sí, eso tal vez debería preocupar a alguien pero, realmente, no creo que quien deba preocuparse vaya a leer esta bitácora algún día. El caso es que, mientras estaba recostado en mi silla de oficina, intentando atrapar la mejor de mis ideas diarias, de esas que vuelan desnudas sobre mi mente como las hadas de los cuentos, fui alumbrado por esa frase que adornaba como título la portada de uno de los libros que mi padre tenía —o tiene, no lo sé— en su colección: serás lo que quieras ser.

En ese momento me dieron ganas de ser un ave y salir volando. Un ave pequeña, claro, porque un águila, halcón o cuervo no cabría en el pequeño espacio que hay en la ventana de mi oficina. Luego pensé: mala idea. De ser un ave pequeña sería perseguido por aves grandes o tendría que buscar comida por estos alrededores donde morir de una pedrada lanzada por algún niño sería una mejor opción a morir de hambre por la escasez de alimento. Y así, en esa cadena de pensamientos, me convertí en muchas cosas, incluyendo una piedra que mataba a un pequeño pajarito que salía de una ventana y llegué a la conclusión de que el mejor lugar donde puedo estar es aquí, en este sitio.

Aquí.

Vaya palabra esa, ¿no?. Para algunos decir aquí es como decir lo mismo, inacción o fracaso. Si le preguntamos, por ejemplo, a un prisionero si la palabra aquí le resulta grata, probablemente no obtendríamos la misma respuesta, o quizás sí. En este mundo nada puede darse por sentado.

No puedo quejarme de aquí, y por ello tampoco puedo quejarme de allá. Es incierto saber si allá es mejor que aquí. Solo quienes han estado allá pueden quejarse de por no estar o no aquí o por haber estado aquí perdiendo tanto tiempo sin estar allá.

Decir que quiero ser otra cosa diferente a lo que soy no me hace estar en otro sitio. Estoy aquí. Desde que nací —y eso no lo elegí yo, eh— estoy aquí.

Entiendo a Robert H. Schuller cuando titulo su libro "Serás lo que quieras ser". Sin embargo, creo uno a penas es lo que puede ser y siempre, por extraño que parezca, aquí es el lugar correcto donde uno debe estar para ser lo que se puede, o si hay suerte o predestinación, ser lo que se quiere.

Aquí está la acción. Aquí es donde se puede ser o no ser, o parecer.

Quizás estoy delirando, o debo dejar de tomar esas pastillas. No sé. El caso es que hoy, mientras intentaba atrapar la mejor de mis ideas para poder autosatisfacerme con ella, me ha alumbrado esa frase y como he tenido algún tiempo libre decidí colgar aquí mis palabras. No pregunten por qué no he puesto título a este post, no sabría que responder.

Hoy, quise ser una ave por unos instantes, pero decidí quedarme aquí y no volar.


***

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las entradas que mas me ha gustado... y si, a veces uno es lo que quiere ser (aunque si uno filosofa un poco se complica el asunto, por la persuación cultural).
He querido, pero no soy
Soy lo que he querido
Ummmm
Da para escribir mil líneas y sacar otras tantas de conclusiones.
Por eso, si ciertamente por eso es que me ha gustado.
Saludos,
Desde acá

Ester dijo...

qué interesante, saludos

Folósofo dijo...

Buen título, para un excelente post.