abril 13, 2009

Fin de vacaciones

El día de ayer, domingo, pintaba para no hacer absolutamente nada, y, precisamente, me dediqué ha lograr el mejor resultado en esa misión.

Abandonado por todos los habitantes de mi celda, elaboré una pequeña lista de las únicas tres actividades obligatorias del día: desayunar, devolver el auto que me llevó a casa la noche del sábado y almorzar.

Nótese que no incluí la actividad "ducharme", pero, a pesar de no aparecer en el itinerario, tuve que desarrollarla hasta en cuatro ocasiones debido al calor sofocante que se ha acomodado desde hace días sobre El Salvador!

Pues bien, lo de desayunar se resolvió muy fácil, alguien preparo mi desayuno. Lo de devolver el carro sólo fue cuestión de arrancarlo, llevarlo a su dueña y regresar a casa en un taxi. Listo! Pero lo del almuerzo, eso si se puso complicado.

Uno de mis amigos había decidido acompañarme al sedentarismo dominical y también sufrió las consecuencias de tener hambre y no tener ganas ni siquiera de hacer un sándwinch jeje

Confiados en que hace algunos días la pizzería más grande e importante del país abrió una sucursal exclusiva para "delivery" muy cerca de mi casa, nos dedicamos, como buenos deportistas, a ver deporte por televisión jeje.

En esas estábamos cuando uno de los estómagos presentes nos recordó que ya era hora de ordenar algo para comer. El primero en atender el llamado fue mi dedo pulgar que marco rápidamente el número de la pizzería. Una voz femenina atiende mi llamada y me indica las promociones. Después de indicarle mi elección, me pide los datos de mi residencia y otros. Después de unos segundos me dice:

—Según el sistema, usted debe salir a recoger el pedido.
—¿Cómo? —le respondo.
—El sistema me indica que, según los datos de su residencia, usted debe salir a recoger su pedido.
—Claro, no hay problema. Siempre salgo a la puerta a recogerlo —le digo.
—No —me dice nerviosa— El repartidor llega a un punto y usted debe bajar a traer su pedido hasta donde él está.

En ese momento, mi estomago, ya un poco alterado, responde en lugar de mi cerebro y le dice:

—¿Cómo? ¿Me está diciendo que no va a traer mi pedido hasta la puerta de mi casa?
—Es que el sistema...
—¿El sistema? ¡La competencia (que esta casi frente a ellos) me trae mis pedidos hasta la puerta de mi casa!
Permítame un segundo —me dice, y luego, ¡Me cuelga!

Marco nuevamente y me contesta la misma voz:

—Buenas tardes
—Si —le respondo.
—¿En que le puedo servir?
—Eh, pues, acaba de tomar mi orden, hace unos minutos, y me colgó.
—Disculpé ¿Quién tomó su orden?
—Usted —le respondo.
—¿Yo?... uhmm...
—Si... justo hace un momento.
uhmm...
—Mire, olvídelo. Deseo ordenar...

Le vuelvo a repetir mi pedido. Esta vez no me menciona nada de "ir a recoger mi pedido" pero me dice:

—Caballero, debido a algunos problemas técnicos y a que estamos en 'período de vacaciones' su pedido va a tomar aproximadamente una hora en llegar y no 30 minutos como es lo usual ¿está de acuerdo?

¡¡¡¿Una hora?!!!

Todo el bla bla bla previo había sido en vano. Le doy un seco "gracias, pero no" y le cuelgo. Entonces, sin perder más tiempo, marco el número de la competencia.

Nada.

Lo peor de todo era que no podía activar el plan de emergencias de los "domingos de no hacer nada" pues mi madre no estaba en su casa para atender mi S O S.

Ni modo. Tendríamos que levantarnos, dejar de ver ESPN y salir a comer al Centro Comercial más cercano.

Entonces, cuando pensábamos que todo estaba acabado para nosotros, recordamos que existe una pizzería más modesta cerca, mucho más cerca de mi casa; el único problema era que, por ser una pizzería pequeña, no teníamos el teléfono a la mano!

Pero, para eso existe el directorio telefónico ¿o no?

Allí estábamos, buscando el número en todas las categorías posibles: pizzerías, restaurantes, comida rápida, comida, alimentos, auxilio para hambrientos, soporte a sedentarios, etc...

Parecerá increíble, pero no encontrábamos el dichoso teléfono en ninguna de las categorías, y cuando lo buscamos por orden alfabético, dentro de los miles de número que están listados, tampoco apareció.

Ni modo. Habíamos fracasado.

Resignado, me levanté del sofá, busque mi billetera, y justo cuando ya estaba mentalmente dispuesto a salir a comer afuera, mi amigo, uno de los mismos de siempre, me dice: "¡Encontré el número!".

¡Yeah!


Como sabe decir el sabio Rey Gato (personaje del que hablaré en el futuro): ¡Siempre hay alguien!

No importa que todos los negocios se pongan de acuerdo para dar un mal servicio o un servicio a medias en tiempo de vacaciones, siempre habrá alguien a quien los patronos han hecho trabajar a base del método "si o si" para satisfacer la necesidad de alguien que "sólo los buscará en momentos de emergencia y como último recurso" pero que, es justo en esos momentos de desesperación, en los que personajes, como los de esta historia, damos gracias porque existen!

Como decía alguien por allí "El mejor condimento para cualquier comida es el hambre" y nosotros, ayer, sentimos que esa pizza era la más sabrosa del mundo.

Claro, con el tiempo invertido en llamadas, buscar alternativas, buscar número, y esperar el pedido, nos salía lo mismo haber esperado "una hora" para la primera pizza pero, no nos hubiéramos reído tanto como lo hicimos al final ¿o si?

PD: Cuando pidan prestado un automóvil, asegurense que las manecillas (manillas) exteriores de las puertas no estén a punto de romperse, y, sobre todo, no las rompan ustedes!

2 comentarios:

W dijo...

jajaja hey, 15 minutos antes que la otra pizzeria ya es algo, el estomago lo agradece grandemente

En cuanto a las manecillas, es un buen consejo, pero se perderán la aventura de meter la tapiceria en el asiento trasero, ver como se ordenan todas las herramientas que el mecanico ha dejado tiradas cerca del freno, buscar el mecanismo que habre la puerta...para entrar al carro e ir en busca de alimentos mientras el mecanico en su basta experiencia se rebusca para armar la pieza en mencion.

W.

Unknown dijo...

Jajjajajajjajajaja...!!!!!!!!! Al parecer pasaron una tarde muy amena.... Por el contrario a mi me tenian preparado el almuerzo y hasta se enojaron que llegue algo tardecito......
Estubo bueno igual que el café de la tarde-noche...
W, siempre te salis con la tuya!!!