septiembre 08, 2008

Adiós al otro vietnam salvadoreño.


Es común, es mi país, escuchar expresiones como: Estube en vietnam, me tocó en Vietnam, voy a ir a vietnam o puya, se pelan en vietnam, y nada tiene que ver con el conflicto vivido de 1958 a 1975 en ese país de la península de Indochina o con alguna excursión realizada al pueblo de los viet del sur (significado de la palabra vietnam).

La expresión es un claro salvadoreñismo y claro está, todo salvadoreño que alguna vez visitó el Estadio Cuscatlán, y que por ignorancia, escases de dinero, amor al peligro (como Cool Mc Cool) o un simple capricho del destino ha tenido que ¿ver? ¿disfrutar? ¿Soportar? de un partido de fútbol desde el lugar o sección del estadio denominado oficialmente sol general, está familiarizado con el tema.

Es tan popular el calificativo que existe un buen numero de personas que nunca han tenido el ¿honor? de visitar ese lugar pero están familiarizados con ese tipo de expresiones.

Yo estuve allí, y no en un partido de fútbol. Ese día me robaron la cartera (¿Quién me manda?).

Pues bien, la intensión de este post no es hablar de fútbol ni del seleccionado nacional, tampoco daré una descripción del "Coloso de Monserrat (Estadio Cuscatlán), lugar de los hechos. Mucho menos contaré la historia del robo de mi cartera (con $50 en ella), no, lo antes mencionado es para que tengan una referencia de por qué habló de otro vietnam en el país.

Este fin de semana (domingo para ser exacto), me adentré nuevamente en el centro de San Salvador. El motivo que me llevó a tan osada experiencia fue que debía ir a recoger la película encargada que mencioné en el post anterior (The birth of a nation, 1915, de D. W. Griffith). La misión no fue completada, el ciudadano-leyenda no trabaja los días domingos.

Regresando a casa noté un cambio muy significativo en el centro de la ciudad, específicamente entre Av. España y 3a. Calle Poniente: ya no existen los Cines España.
 
Me detuve, tomé una fotografía y una brisa de nostalgia subrayó mis pensamientos en todo el camino a casa.

 

Cerraron los Cines España, los que consideraba el otro vietnam de El Salvador.

Confieso que desde hace varios años no recurría a ese cine para satisfacer mi adicción al séptimo arte, debido en gran parte a que sólo se proyectaban en él algunas de las basuritas comerciales con las que Hollywood satura al subdesarrollo y también porque, desde que comencé a ganar mi propio dinero, opté por lugares menos caóticos para saciar mi adicción.

Sin embargo, en esos cines hay parte de mi historia. Y es que por una suma realmente baja uno podía llegar a las 9 a.m. y salir de sus instalaciones a las 9 p.m. y disfrutar así, gracias a la famosa política de permanencia voluntaria de hasta seis películas en un sólo día.

En ese multicinema, de tres salas, proyectaba dos películas por sala durante el día y la permanencia era voluntaria. Ahí no había problema de entrar tarde a una película, algo que me paso muchas veces, porque luego simplemente veías el inicio en la otra función. También, como lo mencioné antes, con un poco de astucia y valiendote del desinterés de los vigilantes, muchas veces podías pasarte de una sala a otra con la excusa de vengo/voy al baño, me equivoqué de película, allí están haciendo un relajo (algo que siempre pasaba) y tantas excusas como espinas tiene un cactus. Allí siempre impero la ley de la selva.

El otro vietnam de San Salvador.

La leyenda dice que en el vietnam del estadio entras oliendo a perfume y sales con olor a caca. Famosas son las camisas mojadas de las chicas que inocentes pasean sus cuerpos por esa zona y teminan bañadas desde agua de chorro, embotellada, embolsada y hasta líquidos dignos de un estudio científico.

No es menor la leyenda de estos cines.

Películas editadas por los operadores que robaban las escenas calientes de los rollos y dejaban a muchos espectadores sólo chiflando en la loma, como dice mi abuela. Encuentros sexuales en los rincones de las salas tanto de hombre-mujer como hombre-hombre y mujer-mujer. Baños de agua y hasta orines a las parejas que tontamente buscaban el centro de las salas para aprovechar la oscuridad. Recital de silbidos e insultos de toda clase, de todo género, de toda textura musical. Escenas desenfocadas por espacio de hasta 10 minutos. Suspensión de la película al antojo del operador. Gemidos desde la cabina de proyección (tanto masculinos como femeninos). Admisión de menores de edad en películas de categoria sólo para adultos. Proyección de otra película en lugar de la anunciada. Y si sigo, este post lo termino en diciembre.

Ese vietnam tiene tan ganado su nombre como el del estadio.

Yo pasé momentos dignos de una comedia de los Hermanos Farrelly. Y no los pase solo, ni fuí el único. Por ello, al momento de ver cerrado el edificio y con un cartel que anuncia el proximo destino de sus instalaciones, no me quedó más que sufrir un poco de nostalgia.

"Salía temprano de la escuela y me hiba sin comer hasta el Cine Méjico, sólo para ver a Bridgitte Bardot en Y Dios creó a la mujer. Con esa aprendí a maturbarme".

Esas sagradas palabras las pronunció Don Molina, el maestro, haciendo referencia a su años de adolescencia en los años cincuenta cuando las divas eran Sofia Loren, Marilyn Monroe y Bridgitte. Cuando lo contaba, la nostalgia le robaba sitio al gris de sus ojos.

Jamás imaginé sentir ese tipo de nostalgia.

Mi madre, por su gusto particular y obsesivo por Jean-Claude Van Damme, solía llevarnos a esos cines a ver todas sus películas. Películas que al principio me gustaban por la acción, las chicas desnudas, las armas y después, que me fui interesando más por el verdadero cine, pasaron al rincón mental de los momentos obligados.

En esos cines vi el estreno de Batman (Tim Burton, 1989) y Unforgiven (Clint Eastwood, 1992), entre otras favoritas. Menciono estas por que en el estreno de Batman conocí a la segunda esposa de mi padre y la otra porque de todos los que hibamos ese día a verla fuí el único que no se durmió y que al salir de la sala dijo: esta va a ganar el Oscar este año. Nadie me creyó.

Allí nos llevaba mi madre e incluía a mis amigos, a quienes adoptaba como hijos en esos instantes. Siempre nos dejaba a media película, no soporta los espacios cerrados y el humo del cigarrillo, y allí las dos cosas eran como el oxígeno. Quizás por eso nunca se dio cuenta a dónde nos dejaba.

Recordé a Miguel, mi vecino, a quien mis amigos le jugaron una broma dentro del cine y pensaba que espectros de otro mundo le estaba halando los pies. Nos reíamos sin parar. Y recordé la película El Ultimo de los Moicanos con el título en inglés desenfocado y fuera de cuadro, y nosotros intentando verlo con los cuellos torcidos. Sólo se leía OF THE MOICAN.

El día que una simple bolsa de agua lanzada al azar desató una guerra descomunal de bolsas de agua, botellas, orines, churros, chicles, golosinas y más, por lo que se suspendió la película durante casi media hora, tiempo que duró la batalla. Y muchas anécdotas más.

Dicen aque el tiempo es el único que nos ayuda a valorar las cosas.

No puedo decir que valoro entrar a un lugar donde las únicas cosas que tengo asegurada son: salir con un olor impregnado en mi ropa como si estube dentro del escape de un autobús o preso en una chimenea y perder casi media película en estar atento a lo que sucede al rededor, pero ¿por qué siento esa sensación de haber perdido algo? Quizás porque parte de mi historia se escribió en esas salas.

Sea lo que sea, merezcalo o no, dedico este post al otro vietnam de San Salvador.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los España
jajaja
siii, pasaban varias cosas
me acuerdo una de esas veces, que me encontre a un amigo de la iglesia...y pues como la ropa quedaba impregnada con el olor a cigarro, me dio una gran regañada jajja
¿Te acordas tambien, en como los gaytored querian manosear a nuestro amigo folosofo??
W.

Mona Van Ana dijo...

=( ay yo seque se siente eso de extrañar un lugar, me paso algo semejante...

Vietnam... jamás iría a ese lugar me da miedo, bueno, dicen las malas lenguas q ahi la coca es la más pura q hay ja ja ja quiza por eso si iria...ñeee ni me drogo aqui no notaria la diferencia ;_; asi q chiste! n,n Saludos!!!

Unknown dijo...

Juelaaaaaaaa, W!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No te peles, puyaaaaaaaaaaaaaa!!!! Eran los dias de la persecución, pero gracias a Dios.... Si Gracias a Dioss!!!!!!!!!!!!!!!!!! Se acabo la persecución..... En cuanto al cine, puya te acordas, cuando W nos llevo a ver mortal combat???? jajjajaja... Te dormiste David..jejej, todo porque este W, estaba de puritano y no queria ver "Extasis"... TE acordas????? Yo queria ver esa...jejeje....
Q tiempo amigo, q tiempos..
Escribi sobre el dia q fuimos al mundo feliz, o al volcan, o al asalto, juelaaaaaaaaaaa...! O vos W!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

jajaja
David, para esos dias comenzaba con eso del arte cinematografico y toda la onda.
recuerdo que vimos en la casa Unforgiven, y tambien tuvo otro espectador que se durmio con un loro en su pierna
la verdad creo al España solamente fui unas cuantas veces, un 95% con ustedes Klebros
W.